Resultan decepcionantes los avances en la negociación de las instituciones comunitarias (trílogos) sobre la futura Directiva de Diligencia Debida de las Empresas en Materia de Sostenibilidad (CSDDD, por sus siglas en inglés).
ASUFIN forma parte de la Plataforma por las Empresas Responsables que, desde España, está haciendo el seguimiento e impulsando una ambición justa para esta nueva regulación que permita cumplir sus verdaderos objetivos en la defensa de las personas y el planeta, concretando la responsabilidad de las empresas por sus externalidades sociales y ambientales.
Sin embargo, el lobby financiero (bancos, aseguradoras y gestoras de activos) está defendiendo, desde el inicio, no ser parte de los sujetos obligados a adoptar medidas de diligencia debida con respecto a su actividad. Lamentablemente, la postura del Consejo Europeo parece alineada con esta exención, si bien es cierto que se plantea que su incorporación pueda revisarse a los dos años de la entrada en vigor de la Directiva.
Impacto de la actividad financiera en los DDHH y el medio ambiente
Las industrias requieren, para el desarrollo de su actividad, financiación que proviene de las instituciones financieras; también aquellas que llevan a cabo actividades extremadamente perjudiciales para el entorno en que operan, tanto en términos medioambientales como sociales. Algunos ejemplos, como las empresas de extracción de combustibles fósiles, mineras…
Al invertir o prestar dinero a este tipo de empresas, los bancos y los inversores desempeñan un papel crucial y tienen una gran influencia en la forma de operar de las mismas. Esta influencia, debería servir para garantizar que sus actividades no perjudiquen a las personas ni al planeta.
Este mismo año, el Grupo de Trabajo de Empresas y Derechos Humanos de Naciones Unidas emitió una declaración para “transmitir su preocupación por el tratamiento de las entidades financieras en todos los borradores de la Directiva [….] que se apartan de las normas internacionales e ignoran la práctica existente”. En esta declaración se recuerda que todas las instituciones financieras, sean del tipo que sean, tienen la misma responsabilidad de respetar los derechos humanos y se recomienda que se incluya a todo el sector financiero en su ámbito de esta norma.
Not all sector financiero
Desde el sector financiero numerosos inversores han manifestado su apoyo a una legislación ambiciosa y le hacemos llegar también la reciente intervención de Frank Elderson, miembro del Comité Ejecutivo y vicepresidente del Consejo de Supervisión del del Banco Central Europeo (BCE), manifestó recientemente que “en ausencia de razones claras en contra, las empresas financieras no deberían recibir un trato diferente a otras empresas, incluso en el contexto de la CSDDD” y que “en el BCE, consideramos que esto puede garantizar que las entidades integren sistemáticamente cuestiones de sostenibilidad en su toma de decisiones y gestión de riesgos”. Es más, añade que “no excluir al sector del ámbito de esta directiva puede ayudar a crear una mayor certeza en torno a las obligaciones de las instituciones financieras y en torno a los riesgos de litigios relacionados con el clima para el sector”.
La CSDDD brinda una oportunidad sin precedentes para apoyar y fomentar la inversión y las prácticas de financiación responsables. Creemos, de hecho, que el avance del marco de las finanzas sostenibles estará incompleto en tanto que el sector financiero no quede sometido al marco de esta regulación.
