Actualmente, antes de reservar un hotel, elegir un restaurante o contratar un servicio, muchas personas se guían por las experiencias compartidas por otros usuarios. Sin embargo, no todas las valoraciones que leemos reflejan una experiencia real. Las reseñas falsas están cada vez más presentes en internet y pueden distorsionar por completo la percepción sobre un producto o empresa.
Detectarlas puede parecer complicado, pero hay patrones que ayudan a reconocerlas. Perfiles sin imagen ni datos, con cuentas creadas recientemente o con historiales sospechosos, suelen ser un primer indicio. También es común encontrar textos demasiado genéricos, exageradamente positivos o con un lenguaje poco natural. Si una empresa tiene muchas reseñas similares en un corto periodo de tiempo o si se repiten ciertas palabras clave con frecuencia, es posible que se trate de una estrategia de posicionamiento artificial.
Lo que muchas empresas no saben o prefieren ignorar es que esta práctica está prohibida y puede ser sancionada. Según el Real Decreto-ley 24/2021, las empresas tienen la obligación de garantizar que las opiniones publicadas provienen de personas que realmente han adquirido el producto o servicio. Además, deben informar claramente sobre cómo se recopilan y verifican estas reseñas.
Las consecuencias legales no son menores: las multas pueden alcanzar el millón de euros o, en algunos casos, multiplicarse por el beneficio ilícito generado. Más allá de lo económico, el daño reputacional también puede ser difícil de revertir.
Desde ASUFIN apostamos por reseñas auténticas, ya que estas no solo protegen a los consumidores, sino que también construyen relaciones duraderas y una reputación sólida para cualquier negocio.