El sector FinTech en nuestro país crece deprisa, pero lo hace aún de forma muy incipiente, sin pasar en la mayoría de los casos de una fase inicial, que además está caracterizada por un elevado número de proyectos que se centran en pocos sectores y con una estructura de pequeña o muy pequeña empresa.
El ritmo elevado de crecimiento ha permitido que el parque de empresas FinTech ya supere los 400, con casi 80 nuevos proyectos activos en este último año. Este número de empresas sitúa a España como sexto país en el que más se usa tecnología FinTech, por parte de un 37% de los ciudadanos. Solo nos supera China (69%), India (52%), Reino Unido (42%), Brasil (40%) y nos iguala Australia con un 37%. Además, el volumen de facturación crece y si en el 2018 superó ya la barrera de los 100 millones de euros para el 2019 el crecimiento le dejará cerca de los 150 millones.
- Pocos trabajadores y muy centradas en financiación empresarial
Estos datos prometedores deben analizarse en su conjunto con otras magnitudes como son tamaño y sectores en los que operan estas empresas. Aunque su aportación al empleo es cada día mayor, estudios como el X-Tech-Report-España-2019 de Finnovating estima que ya han creado 7.500 trabajadores y que de aquí a final del ejercicio se pueden alcanzar los 11.000, su estructura empresarial es de pequeña e incluso microempresa.
Las empresas de tamaño medio (10-50 empleados) supone un 41,7% del total frente al 40,5% con menos de 10 trabajadores según el mismo estudio de Finnovating. La consultora KPMG refuerza este dato en su trabajo Fintech, innovación al servicio del cliente que elaboró en colaboración con FUNCAS y destaca cómo un 14% de las empresas tienen menos de 5 empleados y otro 41% se sitúa entre 10 y 15 trabajadores.
A esta atomización hay que unir que sus soluciones se centran más en mejoras sobre negocios clásicos (financiación, sistemas de pago, agregadores, consultoría, etc.), que soluciones novedosas. Así para KPMG un 50% de los servicios que ofrecen actualmente a España son iguales a los prestados tradicionalmente por las entidades financieras, un 29% son ofrecidos por otros tipos de empresas y ahora han sido trasladados al sector financiero y tan solo un 21% son servicios no existentes anteriormente.
Esta menor propensión por la innovación también se refleja en los segmentos en los que centra en la actividad con un peso muy importante en España en las soluciones para empresas o Business to Business (B2B), que es por el que opta el 52% de las fintech españolas, frente al 34% que se enfocan en el consumidor, Business to Consumer. Tan solo el 14% de un modelo mixto. Esto choca con la realidad fuera de nuestras fronteras donde la mayoría de las soluciones (54%) se centran en el consumidor y en países como India alcanzan tasas cercanas del 80%.
Esto se refleja en las soluciones que ofrecen a sus clientes. Préstamos con el 24,6% de las empresas y pagos con un 14,75% suponen el servicio que ofrecen casi cuatro de cada diez fintech, con una reconversión del préstamo al consumidor que ha decrecido mientras ha aumentado el de financiación empresarial y frecuentemente en productos a corto plazo muy clásicos como pagarés y facturas comerciales pero al que tienen acceso inversores a través de soluciones de crowdfunding.
- El futuro de las fintech en España
El sector fintech seguirá creciendo con fuerza en España, pero tiene que empezar a dar un salto cualitativo que lleve a que se consoliden empresas, ganen tamaño y capacidad para competir. En este sentido es importante señalar que la mayoría de las fintech (75%) ven como principal amenaza la llegada al sector de las grandes empresas tecnológicas (Big Tech como Google, Amazon, Facebook o Apple) muy por encima del sector financiero.
Actualmente el 68% de las empresas fintech españolas activas han surgido en los últimos cinco ejercicios (entre 2015 y 2019), lo que demuestra su dinamismo, pero solo un 13% superan una década de historia. Nuevas regulaciones como la Segunda Directiva de Servicios de Pago Europea o PSD2 así como avances tecnológicos como en chatbots y blockchain abren la posibilidad de crecimiento en soluciones novedosas y segmentos poco explotados como sigue siendo el del consumidor.