Economía circular: Cómo aplicar la regla de las 3R en tu hogar

La economía circular se sustenta en varios pilares en cuanto a la gestión de residuos. El primero, que el mejor residuo es aquel que no se produce. El segundo, que, si hay residuos, hay que tratar de reutilizar, reciclar y, por supuesto, de reducirlos.

Estas 3R se pueden aplicar a todos los ámbitos económicos, desde las empresas a la económica familiar.

Reducir

Es el principio que, en teoría, es más sencillo de aplicar. Se trata de consumir menos, pero no solo productos físicos que compramos, sino también de servicios como electricidad o agua. Por ello, para conseguirlo, es importante realizar un cambio de hábitos que traslademos a todos los miembros de la familia.

En primer lugar, buscando que las compras se centren en lo que se necesita. En España se arrojan al contenedor 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año. De ellas, el 42% se desecha en los hogares. Somos el sexto país en tirar comida a la basura de la UE lo que muestra que hay mucho camino por andar.

Para reducirlo es recomendable hacer una lista de la compra en función de lo que tenemos en el frigorífico o en la despensa, comprar sin prisas analizando si lo necesitas o no, fijarte en las fechas de caducidad y de consumo preferente y organizar la nevera, dejando siempre delante aquellos alimentos que hay que consumir en primer lugar.   Con respecto a los consumos de servicios, es importante empezar con tareas sencillas como apagar las luces cuando se salga de la habitación o desconectar los electrodomésticos y aparatos eléctricos cuando no se utilizan. En agua, sustituir baños por duchas, usar el modo de media carga en cisternas y, por supuesto, no dejar el grifo abierto.

En calefacción mantener nuestra casa en una temperatura ambiente adecuada (de 19 a 22 grados) además de ser un ahorro para el bolsillo supone un consumo mucho menor de energía.

Reciclar

Ya no se trata solo de reciclar todo lo que puedas: vidrio, papel, plásticos, envases e incluso residuos alimenticios en forma de compost, sino en hacerlo mejor, de forma más selectiva y eficiente.

Y este reciclaje empieza no con lo que separamos y llevamos a su contenedor fuera de casa, sino dentro de nuestro hogar. Hay muchos materiales dentro de nuestro día que podemos reciclar para nuestros propios usos. Por ejemplo, convertir residuos orgánicos en compost para nuestro jardín o macetas.

Lo importante es que el reciclaje sea algo natural, una de nuestras tareas diarias que hagamos de forma natural y rutinaria.

Reutilizar

Muchos de nuestros materiales podemos alargar su vida, aunque sea para otros usos: Por ejemplo, una camiseta de algodón es el mejor trapo para pasar el polvo o las hojas de papel impreso de un trabajo se pueden convertir por el otro lado en un cuaderno para los ejercicios en sucio de tus hijos genial.

Debemos olvidarnos de que la vida útil de un producto termina cuando se agota su vía principal, siendo creativos podemos dotarlos de muchas otras utilidades. Además de los beneficios para nuestro bolsillo y el medioambiente, es una actividad enriquecedora para todos y de nuevo especialmente útil para los más pequeños.

El hogar es base de un desarrollo sostenible y de desarrollar las 3R de la Economía Circular. Gestos muy sencillos ayudarán a construir un mundo mejor en el que todos debemos estar implicados.

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