» EL PRÉSTAMO, PARA ABRIR SU FARMACIA, LLEVABA IMPLÍCITO UN DERIVADO FINANCIERO CON UN ALTO COSTE DEL QUE NO FUE CONVENIENTEMENTE ADVERTIDA.
» LA JUEZ ESTIMA QUE LA ENTIDAD OBVIÓ SU DEBER LEGAL DE INFORMAR CON DILIGENCIA POR LO QUE HUBO ERROR COMO VICIO DE CONSENTIMIENTO.
En una farmacia de Soria hay sensación de liberación. El Juzgado de Primera Instancia Nº4 de la ciudad castellano leonesa ha dado la razón a una farmacéutica atada de pies y manos por un abuso bancario mas: en esta ocasión un derivado financiero.
La juez, en una completísima sentencia, ha estimado que el BBVA no ofreció la información adecuada a la afectada, por lo que ésta no pudo conocer los riegos del producto derivado que firmó. Este derivado financiero, implícito en el préstamo, la ha impedido poder negociar una bajada de tipos de interés.
Todo empezó el 29 de julio de 2011. La farmacéutica solicitó un préstamo hipotecario de 1.700.000 euros con el fin de abrir una farmacia en un pueblo soriano. Lo hizo en BBVA porque su padre había trabajado en la entidad y conocía a los empleados. Allí se le recomendó que invirtiera en un producto derivado complejo, pero sin explicarle que en caso de querer amortizar la hipoteca o cancelarla, como consecuencia de la bajada de los tipos de interés, tendría que amortizar el derivado financiero implícito.
A principios de 2016, dado que los intereses habían bajado considerablemente, se dirigió a la entidad para renegociar la hipoteca. Allí le informaron que, de hacerlo, tendría que desembolsar una cantidad cercana a 400.000 euros. No le facilitaron información escrita sobre este punto y el BBVA se negó a la renegociación. La farmacéutica tuvo que buscar asesoramiento ajeno a su banco para conocer el porqué de esta abultada suma.
Cuando supo que en su préstamo coexistía un derivado financiero implícito, volvió al BBVA a obtener una explicación que, dice, nunca le dieron. Finalmente optó por llevar su caso a los tribunales y le han dado la razón.
La juez ha basado su sentencia en destacar la obligación que tienen los bancos de ofrecer unos estándares muy altos de información a sus clientes al contratar productos financieros complejos. Según ella, el BBVA no ha podido demostrar que advirtiera a la farmaceútica de los riesgos de la inversión de forma clara y precisa: la entidad tiene un deber legalmente impuesto de informar adecuadamente.
No se ha podido acreditar que la afectada fuera experta en productos financieros complejos, no se le hizo el test de evaluación y no se le explicó cómo se liquidaba ese derivado. Ninguno de los testigos presentados por el banco afirmó conocer cómo se hacía el cálculo, que tampoco consta en el contrato.
Tratándose de un cliente no profesional, dice la magistrada, no vale que la información esté en letra, hay que explicarla de palabra y con ejemplos de posibles efectos del producto. Tras escuchar a las partes, concluye que existe error como vicio de consentimiento y declara la anulabilidad del préstamo con derivado financiero implícito.
Es muy interesante observar como cada vez mas jueces castigan la deficiente información y la falta de transparencia de las entidades bancarias con sus clientes a la hora de contratar un producto. En ASUFIN llevamos años luchando para que desaparezcan los abusos bancarios que tanto daño hacen a los ciudadanos.
Dirección Letrada: María José Ramírez León
Banco: BBVA
Producto: Derivado financiero implícito préstamo
Perfil: Profesional
Pdf: S_170628_BBVA_JPI4_SORIA_DERIVADOS_FARMACIA_PART_SIN