Carlos San Juan, impulsor de la campaña #SoyMayorNoIdiota: “Los mayores somos clientes cautivos de la banca, con pocas posibilidades de cambiar»
Patricia Suárez ha participado en un grupo de trabajo en el marco de la European Consumer Summit, organizada por la Comisión Europea, y que ha reunido a las voces autorizadas en consumo de toda la Unión. Ha explicado las consecuencias de la exclusión financiera, junto a Carlos San Juan, el promotor de la campaña Soy mayor, no idiota, quien ha pedido una ley para garantizar la inclusión financiera de los mayores.
“Siendo un servicio tan importante, tan imprescindible, el poder acceder a nuestras pensiones, es necesario establecer una burbuja analógica a nivel estatal y europeo que nos permita cobrar nuestras pensiones y administrar nuestro dinero. Es necesario que el protocolo de buenas prácticas bancarias que firmaron las entidades bancarias con el Gobierno, que es solo voluntario y autoevaluable, se convierta en ley no solo en España sino también en el resto de Europa. Queremos que sea obligatorio y esté controlado por organismos independientes”, señaló Carlos San Juan.
Patricia Suárez, por su parte, señaló que el alto nivel de bancarización que hemos alcanzado en nuestro país no implica necesariamente que tengamos una inclusión financiera óptima, sobre todo, de determinados colectivos vulnerables, no sólo los mayores sino quienes viven en zonas rurales, con difícil acceso a la digitalización.
Carlos San Juan también se refirió a la incertidumbre financiera que estamos viviendo y que puede repercutir en los mayores, “en la medida en que somos clientes secuestrados, clientes cautivos de la banca, con pocas posibilidades de cambiar de banco”.
“Si por cualquier motivo no pudiera ver la luz una ley que hiciera obligatorio el protocolo de la banca no pudiera ver la luz, la UE y todos los países que la integran están capacitados para elaborar un plan que evite que las personas mayores suframos las consecuencias derivadas de las turbulencias financieras”, remachó.
San Juan, que ha conseguido reunir cerca de 650.000 firmas para su campaña, tildó la digitalización de la banca de “brusca y rígida, a través de unas aplicaciones muy complicadas agravadas por la desaparición constante de oficinas y la supresión de cajeros”. Añadió que “a esta digitalización no pueden acceder miles y miles de mayores por falta de recursos económicos, porque no tienen internet, por la ubicación y por trastornos cognitivos propios de la edad”.
